Como ya reivindicamos hace un tiempo en este blog el mal estado del entorno de la Parroquia de San Francisco de Sales, sede canónica de la Hermandad de la Paz, hoy nos centramos en la Plaza de la Ermita del Calvario, donde diariamente es un lugar de recreo, de visita turística, lugar entrañable para el cofrade y unos de los puntos más importante de nuestra querida ciudad.
Las botellas de alcohol, los vasos rotos, las latas de refresco, las pintadas en el suelo, la suciedad del Castellum Aquae, hace de este rincón un lugar para todo lo contrario de lo anteriormente mencionado.Al anochecer apenas hay luz en la Plaza, la única farola que hay, junto a la verja de la Ermita, lleva al menos más de dos años sin funcionar, la suciedad se acumula sobre todo a las puertas de la Ermita. Qué pena que un lugar como este, tan típico en nuestro mundo cofrade, sitio de referencia de nuestra ciudad, esté tan dejado.
Desde estas líneas, como hicimos en el anterior artículo, pedimos a las instituciones que correspondan la adecuación de estos entornos.